jueves, 23 de marzo de 2017

Nuestra huerta crece

   Recientemente hemos sembrado en estas mesas brócoli, rábanos y distintas variedades de cebollas, que cada día vemos crecer muy gratamente. 
Dos nuevos árboles frutales...Ha sido complicada su planta porque tenemos bajo esta zona las antiguas pistas deportivas del Centro y no había suficiente tierra para su sustento, pero gracias a la colaboración una vez más del Profesor Juan Moyano, al compresor de nuestro Orientador Paco Guerrero y a la ayuda de Martín, el Técnico de Mantenimiento, que  la ha perforado, ya forman parte de este entorno un naranjo y un limonero. Los hemos agrupado en la zona de la derecha junto a un granado y un madroño que ya teníamos de mucho  tiempo atrás. Así lo decidimos,sería  el rincón de los árboles frutales. 
Que alegría ver crecer nuestras cebollas. Ya estamos pensando en las deliciosas recetas que haremos con ellas.
Y aquí el crecimiento de las semillas que nos trajo Paco, nuestro orientador, el cuidado, el cariño y el agua de las últimas lluvias nos han ayudado a que tengan este aspecto tan verdecito.
En nuestra mesa en escalera comienzan a nacer los apios y las lechugas, unos se resisten más que los otros, pero ya se van viendo las intenciones de superarse. Los dos peldaños vacíos esperan el trasplante de las lechugas y apios que sembramos en el semillero.
Ya esperaremos muy poco para cambiarlos de domicilio.
Como el invierno y sus fríos nos marchitaron las margaritas, hemos podado y hemos dejado el verde fuerte para el invierno.
Tremenda ilusión la recogida de nuestros primeros rábanos. No son los más grandes pero bien lindos que están.
Gracias a algunos de nuestros compañeros del círculo de Amigos de Educación Especial capitaneados por nuestro compañero Juan Moyano, viendo que las lechugas y los apios estaban  listos para ser trasplantados, nos pusimos manos a la obra.
No hemos podido acabar de trasplantar todo porque nos falta sitio, estamos a la espera de unos cajones para la siembra que tendremos gracias también a la colaboración de otro buen amigo, otro Juan Moyano.
Y es que si algo vamos a aprender en este camino de desarrollo de nuestro proyecto es a trabajar el compañerismo, y a confiar en que hay mucha gente buena que ve más allá de las limitaciones, gente que apuesta por la capacidad de aquellos a los que les cuesta un poquito más llegar a la meta, pero no olvidemos " que llegan".

No podemos dejar de agradecer, porque por suerte estamos encontrando ayuda por todas partes. 
Nuestro orientador nos ha traído unas cubas preparadas para sembrar las fresas que nos ha dado el papá de uno de nuestros alumnos del círculo.
 No dejamos de recoger información y consejos para ir aprendiendo y mejorando poquito a poco.
Un buen momento no cabe duda que es el de la recolección de lo que hemos sembrado, la ilusión de vivir de cerca el misterio de la naturaleza.
Y así llegó el momento de recoger nuestras primeras espinacas. Y como nos gusta ir enlazando el trabajo de unos y otros talleres, ya las hemos dejado preparaditas para utilizar en nuestro taller de autonomía y cocina.
El mantenimiento y limpieza de nuestro huerto y jardín se hace posible gracias a la ayuda que recibimos de distintos grupos de alumnado que vienen a trabajar y a participar con nosotros en distintas dinámicas y actividades.
Aprender contenidos es importante, pero no lo es menos desarrollar valores como personas responsables de un entorno limpio y que apueste por el medio ambiente.
Entre todos las labores menos atractivas se superan rápidamente.
Nosotros damos vida a las plantas y las plantas nos dan la vida, con su color, con su crecimiento.., con el misterio de la Naturaleza en sí.
Hemos trasplantado el apio y las lechugas que teníamos en el semillero, y ya están en nuestra mesa de siembra preparados para seguir creciendo.
El grupo de alumnos que vienen a trabajar con nosotros todos los viernes a última hora, son un orgullo por su empatía y por sus grandes corazones.



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