Tras
el verano nos encontramos que el huerto nos había deparado una gran
sorpresa. Nos encontramos que “millones” de plantas invasoras
llenaban de forma desordenada y aleatoria todo nuestro huerto. ¡Había
que trabajar mucho y duro para recuperar la mejor de las imágenes!
Poco
a poco empezamos a quitar todas las malas hierbas con el escardillo,
empezando por las hierbas que había debajo del granado y alrededor
del naranjo y el limonero.
Con
el trascurso de los días conseguimos terminar con todas las malas
hierbas y dejar el huerto mucho mas bonito, aunque quedaba mucho
trabajo por hacer.
Posteriormente
nos dedicamos a la recogida de todos aquellos elementos perjudiciales
para la tierra, como plásticos, papeles, tapones de metal y, sobre
todo, piedras y mas piedras.
Otra
de las tareas fue, realizar la corta de todos nuestros arbustos.
Cortamos todas aquellas ramas que rozaban con el suelo y estaban
torcidas. También cortamos algunas ramas para aclararlas. El
resultado final: ¡Unos arbustos muy redondos y bonitos!
Los rosales ya comienzan a destacar dentro del huerto, los hemos ido llevando a través del arco y ya está floreciendo uno de ellos.
Retiramos las hojas secas de las plantas. Procuraremos revisarlas todas las semanas y quitárselas tan pronto se descubran porque de lo contrario podrían poner en riesgo al resto de la planta. Además, le facilitaremos mucho la tarea de desarrollar nuevas hojas.
Lo ideal es cortar las ramas o tallos en forma sesgada, lo más cerca posible de sus nudos de crecimiento. En el caso de las flores y las hojas marchitas que ya están débiles, es mejor quitarlas primero con la mano, y luego proceder a quitar el tronco si ya no tuviera ninguna de ellas.
También
reorganizamos todo el sistema de riego; colocamos mangueras en los
lugares previstos para la siembra de lechugas, brócoli, habas, ajos
y cebollas ; pusimos también la manguera a los árboles que la
tenían quitada o estropeada; e hicimos grandes zanjas para meter
todas aquellas mangueras que estropeaban o molestaban en el paso.
Otra
de las cosas que hicimos fue poner el limonero en vertical, ya que
estaba muy torcido y corría el riego de caerse. Lo enderezamos con
una cuerda que enganchamos desde el limonero hasta el tronco de
otro árbol cortado. Pusimos un trapo en el limonero para evitar que
la cuerda se clavara en la corteza y lo dañara.
Menos complicado ha sido alinear el tronco del laurel, más delgado y flexible. Con el paso del tiempo también nuestro laurel se había inclinado al empezar a producir más ramas por un lado que por otro, lo que hizo que el tronco se torciera hacia esa dirección, que es la que seguía el viento cuando lo comenzó a torcer.
Por
último recogimos y ordenamos los dos patios que tenemos anexos al
huerto.
Le dimos un buen limpiado al suelo con la manguera de agua.
Y reubicamos el compostador en este otro espacio.
A partir de ahora dedicaremos nuestro tiempo en el huerto-jardín a su mantenimiento y a la siembra de diversas plantas, tanto de la huerta como de aquellas otras que hagan de este espacio un lugar de trabajo bonito y atractivo dentro de las inmediaciones de nuestro Instituto.
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