jueves, 17 de diciembre de 2020

Comenzamos con la siembra!!!


    En nuestra primera siembra elegimos lechugas y brócoli como primeras plantas.




    La lechuga es una de esas verduras que tendríamos que comer casi a diario: aporta abundantes vitaminas y pequeñas dosis de  minerales que enriquecen la dieta sin aportar apenas calorías. En las ensaladas es la reina y combina casi con todo.

La lechuga pertenece a la familia de las asteráceas y se cultiva desde hace más de dos mil años. Actualmente encontramos lechuga todo el año, pero su momento óptimo empieza en primavera y en algunas variedades se alarga todo el verano.
Es la protagonista del plato más ligero y sencillo del recetario: la ensalada. Tanto es así que cuando nos referimos a una ensalada, en realidad una mezcla de vegetales, el único ingrediente que se suele dar como seguro es éste. Aunque en nuestro país la tomamos básicamente cruda, también puede utilizarse para elaborar cremas y sopas. Incluso salteada o hervida resulta sabrosa. La ventaja de comerla cruda es que sin cocción conserva mejor sus propiedades nutricionales.

De la lechuga se ha dicho que tranquiliza, que va bien para la vista, el insomnio y la retención de líquidos, e incluso que influye en la libido.


    El brócoli no solo es un excelente ingrediente gastronómico, sino que ha demostrado tener gran cantidad de atributos garantía de la salud. Así, los estudios demuestran que tiene propiedades anticancerígenas, antianémicas, preventivas de la gastritis y reductoras de la función tiroidea y de la degeneración macular de la retina. Las cualidades gastronómicas y los estudios que prueban sus beneficios para la salud lo han convertido en uno de los grandes emblemas de la alimentación sana y moderna.

El brócoli proporciona brillo y color a recetas sencillas, comparte cazuela con patatas, cebollas y zanahorias, y también puede ser el ingrediente estrella de recetas selectas como el mousse de brécol. Puedes prepararlo al vapor, en ensalada, y combina con todos los cereales arroces, sopas...


En primer lugar limpiamos de raíces anteriores, ramas y hojas que habían caído, el lugar donde las vamos a sembrar...


    Fertilizamos la tierra y le añadimos mantillo, ya que la tierra estaba aparentemente agotada de anteriores siembras. A continuación la allanamos y colocamos el sistema de riego en sus posición inicial.





    Tras la preparación del terreno, procedimos a realizar unos agujeros para colocar las diferentes plantas. Empezamos por la colocación del brócoli, y posteriormente, por las lechugas.





     Hasta que al final terminamos de sembrarlo y colocarlo todo, y este es el resultado!!



    Unos diez días después y tras un fin de semana nos percatamos de una desagradable sorpresa: todas las lechugas y casi todo el brócoli había desaparecido. Creemos que los pájaros de la zona se dieron un gran banquete ese fin de semana. No nos desanimaremos y para la próxima siembra idearemos algo para que no nos vuelva a suceder.




Fuente: 
https://www.cuerpomente.com/guia-alimentos


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